«EI camino recorrido por José Luis Alexanco desde su primera etapa le ha ido alejando cada vez más del expresionismo. A diferencia de muchos artistas españoles de los años sesenta, Alexanco no pasó por la experiencia de la abstracción informal, sino que verdaderamente hay en él una tendencia al expresionismo entendido como preocupación por determinados dramas humanos. Ahí están sus series de 1966, como la del Hombre que da Vueltas, que introducen una estructuración de la superficie a base de viñetas, y cuyo sentido narrativo se relaciona con sus experiencias en cine. […][…] La siguiente etapa, en la obra de Alexanco, supone la consecución de un nivel de mayor complejidad. Se sitúa entonces en el paso a las tres dimensiones, y con ello el paso a una mayor corporeidad, a una gravidez en tensión. Elimina todo el lado directamente expresivo de su obra bidimensional, así como la narración, sustituida a partir de entonces por la idea de serie que luego, como veremos, será esencial en su obra computada.Aquellas esculturas en material plástico, concebidas como sensaciones, tenían un aspecto entre clínico y disecado, según expresión de Aguirre. En ellas, reducía las variantes formales presentes en sus grabados o cuadros anteriores. Habla un lado de internalización, como si todo lo que antes era evidente, primigenio, se hubiera hecho interior y secreto. […] El trasfondo real se asemeja cada vez más a la descarnada presencia de las alegorías. Incluso la posibilidad que tienen esas piezas de ser movidas y manipuladas, indica articulaciones totalmente ajenas a sus orígenes. Pero a la vez, en su aséptica relación con el espectador; nos sugieren algo sobre una realidad, solo que no era ése su argumento.[…] Posteriormente, cabe mencionar también los decorados de plástico y neón para el Gaspar de Peter Handke, menos elaborados pero que también reflejan la preocupación de Alexanco por lo que significa el escenario y las posibilidades expresivas contenidas en él, espacio dentro del cual deambulan unas figuras, espacio que nos recuerda, es evidente, su propia investigación sobre la silueta, el cuerpo en su entorno.[…] En la serie de figuras computadas, el proceso de trabajo es un elemento importante a valorar como tal. Las variables que maneja el programador hacen que un sistema de curvas de nivel vaya modificándose según una enorme cantidad de ejes o con diversos parámetros. Nos dice: de lo que se trata es de conseguir una evolución mediante sucesivas transformaciones de una forma tridimensional. Los resultados, ya materializados en plástico transparente, revelan una lógica interna que intuíamos en las piezas anteriores, pero que aquí es fruto de cálculos mucho más precisos. Sigue presente el juego de lo orgánico (indefinible) y lo calculado (planos que cortan y delimitan la figura).[…] Si tratáramos de resumir los diez últimos años de trabajo de José Luis Alexanco no cabe duda de que sus dos notas más características han sido la constancia -hay un hilo interno que une las diversas partes de su obra- y la búsqueda de un rigor: Cuando señalaba el carácter de resumen de la presente muestra, a ello me refería: no hay en ella ningún elemento ajeno a la escueta presentación de un proceso y de unos resultados.» |
Juan Manuel Bonet |
NOTAS SOBRE EL ÚLTIMO TRABAJO DE ALEXANCO Catálogo de José Luis Alexanco Galería Fernando Vijande, Madrid 1986 |
«[…] Las obras de estos años pueden entenderse como una exploración de un nuevo modo de hacer directo y espontáneo en el que la obra es pensada al tiempo que se realiza, y que poco a poco, va abriendo una fisura con los trabajos anteriores.La intensidad del proceso de realización, la celeridad de la ejecución y el manejo simultáneo de varios lienzos provoca necesariamente una alta movilidad emotiva e icónica, una constante realimentacíón de los impulsos y de la memoria formal, y un rápido ajuste del tratamiento del lienzo a la urgencia ejecutiva. […]» |
Javier Seguí de la Riva |
ELOGIO DEL FRAGMENTO. El Mundo, Metrópoli, 28 de marzo de 1997 |
[…] Vuelven las series plásticas de Alexanco, esta vez con una exposición en la galería madrileña de Alberto Cornejo, exaltadoras del fragmento, ricas en coloridos intensos, fruto de labor más reciente. Son pinturas especialmente optimistas. continuadoras de ese universo tan personal, en el que prevalecen sus caprichosas geometrías complejas, los espacios distintos, compartimentados y en equilibrio inestable, insinuados siempre por una paleta de colores jugosos y pincelada untuosa.Su devoción por el fragmento, tan común a la mejor literatura, a la mejor poesía e incluso gran parte del mejor pensamiento de este siglo, es una de las características más notables de este artista, que los usa con inteligencia dentro del cuadro y que recurre a ellos también de una forma anacrónica, recuperándolos del pasado e incorporándolo a sus obras nuevas.Elogio del fragmento, uso cada vez más sutil de las secuencias, Alexanco pinta sus enigmas como si estuviera mostrándonos una película, imagen a imagen, forma a forma, y nos reclama una mirada abarcadora que desde un punto exterior sea cómplice de ese tapiz aleatorio, que no nos quiere imponer sino que como la cambiante llama de un fuego, quiere fascinarnos. |
Marcos Ricardo Barnatán |